Reflexión sobre Proverbios 1:7: El principio de la sabiduría

El libro de Proverbios nos ofrece una profunda enseñanza en su primer capítulo: "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová: Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza" (Proverbios 1:7, RV 1909). Esta afirmación no solo guía nuestra comprensión del conocimiento verdadero, sino que también nos invita a examinar nuestras actitudes hacia la sabiduría y la instrucción divina.

Tensiones en el texto

Este versículo plantea una tensión fundamental entre dos tipos de personas: los sabios y los insensatos. Por un lado, el temor de Jehová se presenta como la base esencial y el punto de partida para adquirir sabiduría. Por otro, aquellos que rechazan esta actitud son llamados insensatos, pues desprecian tanto la sabiduría como la enseñanza.

• El temor de Jehová no es un miedo paralizante, sino un respeto profundo y reverente que reconoce la soberanía y santidad de Dios.
• La sabiduría bíblica va más allá del conocimiento intelectual; es una virtud práctica que guía la vida hacia el bien y la justicia.
• Los insensatos representan una postura de rechazo activo a la verdad y a la corrección, lo cual conduce a la ruina espiritual y moral.

Esta tensión entre sabiduría y necedad refleja un conflicto eterno en la condición humana, donde la elección por la humildad o la arrogancia determina el rumbo de nuestras vidas.

Cómo la gracia resuelve

En medio de esta tensión, la gracia de Dios ofrece una solución esperanzadora. Aunque el temor de Jehová es el inicio de la sabiduría, es la gracia la que nos capacita para vivir en esa reverencia y aceptar la enseñanza divina. La gracia transforma el corazón insensato en un corazón dispuesto a aprender y a crecer.

El apóstol Pablo nos recuerda que la sabiduría de Dios puede parecer necedad para el mundo, pero es poder para quienes creen (1 Corintios 1:18). Por eso, el llamado a temer a Jehová es también un llamado a confiar en Su amor y en Su misericordia.

“El temor del Señor es el principio de la sabiduría; todos los que practican sus mandamientos tienen buen entendimiento” (Salmo 111:10).

Este versículo complementa Proverbios 1:7 y nos asegura que la sabiduría se manifiesta en la obediencia y en la práctica diaria de la palabra de Dios.

En conclusión, el verdadero conocimiento inicia con una relación viva y reverente con Dios, que nos lleva a valorar su enseñanza y a rechazar la insensatez. La sabiduría no es un mero ideal intelectual, sino una realidad que transforma vidas y nos guía hacia la plenitud que solo Dios puede ofrecer.