Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; de modo que son inexcusables: (Romanos 1:20)
Recibir la revelación en lo visible
Desde tiempos antiguos, la humanidad ha buscado entender lo invisible a través de lo visible. En Romanos 1:20 se nos recuerda que la creación misma es un testimonio claro y evidente del poder eterno y la divinidad de Dios. No necesitamos excusas para negar su existencia, pues la naturaleza habla con voz potente y constante.
Este versículo invita a abrir los ojos del corazón para contemplar la obra maravillosa de Dios en el mundo que nos rodea. Cada amanecer, cada estrella y cada ley de la naturaleza son señales que revelan su gloria y majestad.
Descansar en la certeza de su poder eterno
En medio de un mundo lleno de incertidumbres, podemos descansar en la seguridad de que Dios es eterno y poderoso. Su divinidad no es una idea abstracta sino una realidad palpable que se manifiesta en la creación. Esta certeza nos fortalece y nos impulsa a vivir con confianza y esperanza.
Reconocer la revelación de Dios en la creación nos libera de la necesidad de buscar pruebas adicionales; su presencia es evidente y suficiente para sostener nuestra fe. Así, el creyente encuentra reposo en la verdad inmutable de su naturaleza divina.
Correr hacia una vida de respuesta y adoración
Comprender que Dios se revela en la creación nos llama a una respuesta activa. No basta con observar pasivamente; estamos invitados a responder con adoración, obediencia y testimonio.
Esta revelación también nos confronta: somos inexcusables ante Dios porque la evidencia de su existencia y poder está clara. Entonces, la vida cristiana se convierte en un correr hacia Él, reflejando su gloria en cada acción y palabra.
- Observar la naturaleza con ojos de fe.
- Reconocer la mano de Dios en cada detalle.
- Confesar su poder eterno y soberano.
- Vivir con la conciencia de su presencia constante.
- Compartir con otros la maravilla de su creación.
- Adorar con gratitud y humildad.
- Buscar siempre su guía en cada decisión.
- Fortalecer la esperanza en medio de pruebas.
- Ser testigos de su divinidad en la vida diaria.
"La creación entera es un libro abierto que revela la gloria de Dios a quien quiera leer con humildad y fe." – Reflexión espiritual
El llamado de Romanos 1:20 es claro: la evidencia de Dios está en la creación, y por ello somos llamados a vivir sin excusas, en plena comunión con Él. Que esta verdad sea luz en nuestro camino y motivo de adoración constante.