Reflexión sobre Lucas 11:12: "O, si le pidiere un huevo, ¿le dará un escorpión?"

En el Evangelio según Lucas, capítulo 11, versículo 12, Jesús utiliza una imagen sencilla pero poderosa para enseñarnos sobre la naturaleza del amor y la provisión de Dios. La pregunta retórica que plantea "O, si le pidiere un huevo, ¿le dará un escorpión?" nos invita a reflexionar sobre la bondad y la fidelidad divina frente a nuestras peticiones.

Tensiones en el Texto

Este versículo se encuentra en un contexto donde Jesús está instruyendo a sus discípulos sobre la oración y la confianza en Dios. Sin embargo, la metáfora del huevo y el escorpión genera tensiones que merecen ser exploradas.

• Contraste entre lo esperado y lo inesperado: Pedir un huevo es solicitar algo pequeño, inocente y nutritivo; recibir un escorpión, en cambio, sería un acto de daño y malicia.
• La naturaleza humana frente a la divina: Mientras los humanos pueden fallar en sus promesas o actuar con egoísmo, Dios es presentado como el Padre que no da mal a sus hijos.
• La dificultad de confiar plenamente en la bondad de Dios, especialmente en momentos de prueba o sufrimiento.

Estas tensiones nos confrontan con nuestras propias dudas y temores cuando elevamos nuestras peticiones a Dios. ¿Realmente podemos esperar que Él nos provea lo que es bueno para nosotros?

Cómo la Gracia Resuelve

La gracia de Dios es el puente que supera estas tensiones. A través de esta enseñanza, Jesús nos asegura que Dios no es un proveedor caprichoso ni dañino, sino un Padre amoroso que escucha y responde a nuestras necesidades con sabiduría y cuidado.

Al contemplar esta imagen, podemos encontrar esperanza en que nuestras oraciones, aunque humildes o sencillas, son recibidas con amor y nunca con maldad. La gracia nos invita a confiar sin reservas en su providencia y a descansar en su bondad.

"Porque si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" (Lucas 11:13)

Este versículo continúa la enseñanza, subrayando que Dios da el Espíritu Santo, el mayor regalo, a quienes se lo piden con fe. Así, la imagen del huevo y el escorpión se transforma en un símbolo de la fidelidad divina frente a nuestras necesidades.

Podemos afirmar con confianza que Dios nunca nos entregará lo que nos hace daño cuando le pedimos con corazón sincero. Esta verdad nos fortalece a perseverar en la oración y a vivir en la esperanza activa, sabiendo que incluso en la incertidumbre, la providencia divina está obrando a nuestro favor.

En conclusión, Lucas 11:12 nos desafía a examinar nuestra confianza en Dios y a reconocer que su amor es fiel y protector. Nos invita a acercarnos a Él con la certeza de que nuestras peticiones serán respondidas con bondad y gracia, no con daño o engaño.