Reflexionando en Juan 20:30: "Y también hizo Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro."
El problema de buscar solo lo visible y registrado
En Juan 20:30, el apóstol nos recuerda que Jesús realizó muchas señales que no están documentadas en las Escrituras. Esto nos plantea un desafío: ¿cómo podemos confiar plenamente en un relato que no abarca todo lo que Jesús hizo? En nuestra vida espiritual, a menudo queremos pruebas tangibles y completas para nuestra fe, pero la realidad es que no todo queda registrado.
Este versículo nos invita a reflexionar sobre la naturaleza limitada de los registros humanos y la profundidad de la obra de Cristo, que va más allá de lo que podemos ver o leer. La fe no se basa en la exhaustividad de las evidencias, sino en la confianza en quien es Jesús, incluso en lo invisible.
El evangelio en lo no escrito: la fe que trasciende la evidencia
Jesús realizó muchas señales, pero el Evangelio se centra en aquellas que son esenciales para nuestra salvación y crecimiento espiritual. El hecho de que no todo esté escrito nos muestra que la fe cristiana no es un simple catálogo de milagros, sino una relación viva y dinámica con Cristo resucitado.
En este sentido, la falta de registros exhaustivos no disminuye la realidad ni el poder de Jesús. Más bien, nos invita a una fe que confía en lo que Dios ha revelado y en el testimonio del Espíritu Santo, que continúa obrando en nuestras vidas hoy.
Este versículo también nos recuerda que nuestra vida cristiana debe estar marcada por una experiencia personal con Jesús, no solo por lo que está escrito o lo que otros testimonian. Dios sigue haciendo señales, a veces silenciosas, en el corazón de quienes le buscan con sinceridad.
- Creer que solo lo escrito es verdad absoluta y descartando la experiencia personal.
- Buscar milagros espectaculares como única prueba de la acción de Dios.
- Ignorar la obra continua del Espíritu Santo en la vida cotidiana.
- Desanimarse por no entender todo lo que Dios hace o permite.
- Comparar la fe con un registro exhaustivo de hechos en vez de una relación viva.
“La fe no consiste en ver todas las señales, sino en confiar en Aquel que las hizo y en el poder transformador de su amor.”
En conclusión, Juan 20:30 nos invita a abrir nuestro corazón a la obra continua y misteriosa de Jesús. Aunque no todo está escrito, podemos descansar en que Dios sigue obrando en nuestras vidas y en el mundo. La verdadera fe es aquella que confía en Jesús más allá de lo visible, sabiendo que Él es suficiente para nuestra salvación y esperanza.