No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Juan 1:8

No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. (Juan 1:8, RV 1909)

Contexto

Este versículo forma parte del prólogo del Evangelio de Juan, donde se presenta a Jesús como la verdadera luz que ilumina a todo hombre. Juan el Bautista no era la luz en sí, sino un testigo llamado a preparar el camino y señalar a aquel que viene a salvar y a traer claridad espiritual al mundo. En una época donde la oscuridad espiritual prevalecía, el papel del testigo es fundamental para revelar la verdad.

El término “luz” en la Biblia simboliza la pureza, la verdad y la presencia divina que disipa las tinieblas del pecado y la ignorancia. Juan el Bautista reconoce humildemente que su misión no es ser el centro, sino dirigir a otros hacia Cristo, la luz verdadera.

Práctica

Como creyentes, somos llamados a ser testigos de la luz, siguiendo el ejemplo de Juan el Bautista. Esto implica vivir con integridad, reflejando la verdad y el amor de Cristo en nuestras acciones y palabras. No se trata de buscar protagonismo, sino de ser fieles en señalar a Jesús como la fuente de vida y esperanza.

En un mundo saturado de información y opiniones, el testimonio cristiano debe ser claro y consistente, ayudando a otros a encontrar la verdadera luz que transforma el corazón. Nuestra vida debe iluminar los caminos oscuros, mostrando el camino hacia Dios.

Oración

Señor Jesús, Tú eres la luz verdadera que ilumina nuestras vidas. Ayúdame a ser un testigo fiel que no busca ser la luz, sino que dirige a otros hacia Ti. Que mi vida refleje Tu amor y verdad en cada palabra y acción. Fortalece mi fe para que, en medio de las tinieblas, pueda brillar con luz propia, testificando siempre de Tu poder salvador. Amén.

Recordemos que el testimonio genuino no busca gloria personal, sino que exalta a Cristo como la única luz capaz de transformar vidas.

  1. Reflexiona diariamente sobre cómo puedes señalar a Cristo en tus conversaciones y decisiones.
  2. Practica la humildad reconociendo que no somos la luz, sino portadores de Su luz.
  3. Ora por la guía del Espíritu Santo para ser un testigo eficaz en tu entorno.
  4. Lee y medita en Juan 1 para profundizar en la identidad de Jesús como la luz.
  5. Comparte con otros el significado de la luz en tu vida y cómo Cristo ha cambiado tu camino.
"No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz." – Juan 1:8

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